miércoles, 17 de enero de 2018

Alexis Díaz-Pimienta encuentra a la misteriosa mujer que inspiró uno de sus libros

Esta historia singular es contada por el propio Alexis Díaz-Pimienta, el poeta, narrador, repentista y  académico cubano que en diciembre de 2012, mientras se encontraba en su primera gira por la capital mexicana, en la presentación del libro “Chamaquili en Almería”, una mujer del público le pide que le firme el libro para los niños que usan gafas.

Recuerda Díaz-Pimienta aquel diciembre del año 2012, exactamente en el Museo Nacional de Culturas Populares, el 4 de diciembre.

“Hicimos una presentación-espectáculo con grandes amigos músicos y escritores en escena. Luego, llegó el momento de la firma de libros. En una mesa junto al escenario, me acomodé a firmar ejemplares, y se hizo una larga cola de niños, niñas, padres, madres, abuelos… Los adultos, todos, pedían que les dedicara el libro de Chamaquili para una niña,
o un niño, y me daban sus nombres”, recuerda Alexis.

“Yo correspondía, por supuesto, con las típicas dedicatorias que intentan ser ingeniosas y cariñosas, a la vez, algo muy difícil (casi siempre me salen variaciones de la misma dedicatoria de todos los libros: dedicar libros es un arte dificilísimo, complejo, y me confieso, inepto, es un tipo de improvisación que no se da bien).”

“En fin, estaba yo tranquilo, firmando libros, autoplagiando dedicatorias anteriores, y de pronto llegó una mujer, joven, hermosa, de pelo negro y ensortijado, con gafas. Como a todos, le pregunto: ¿Para quién es el libro? Y ella responde, seria: “Este libro, por favor, dedícalo a todos los niños que usan lentes”.”

Yo me quedé sorprendido, y claro, pregunté por qué. Y ella, como si esto fuera la más natural del mundo, me contó el motivo: “Mira, yo soy médico, soy oftalmóloga, trabajo en una clínica de oftalmología. Entonces, atiendo a muchos niños con problemas de la vista. Y no te imaginas, nadie se imagina, cómo sufren estos niños, los complejos que tienen, los pequeños traumas y miedos y penas que sufren; por eso yo, para aliviarles el problema, colecciono libros infantiles dedicados expresamente a ellos, y los pongo en mi clínica de manera que se entretengan y se sientan un poco felices mientras pasan por ese mal momento”.”

“Por supuesto, me conmovió su historia, y dediqué mi Chamaquili en Almería para ‘todos los niños que usan lentes’, supongo que con un poco más de inspiración que otras veces (no recuerdo el texto). Pero inmediatamente le prometí a la muchacha (de quien no tenía ni el nombre) que yo haría algo más, que escribiría un libro ‘específicamente’, ‘directamente’ para ellos, es decir, para ‘todos los niños que usan lentes, que usan gafas”. Y así, el autor de Teoría de la Improvisación, terminó de contar la anécdota de aquel día.

El reclamo evidentemente que llamaría la atención de cualquier autor. Porque cuando se pide una dedicatoria se hace para alguien especial, pero esta vez el libro fue dedicado a todos los niños y niñas que por dificultades en la vista deben usar espejuelos. La oftalmóloga pediatra quería aumentar su colección de libros infantiles, pero esta vez deseando que sus pacientes disfrutaran de la obra del poeta.

Quizás ese “pie forzado” haya sido el de más larga espera, se procuraron más de diez versos para complacer a la doctora que quería ver reflejados a sus niños pacientes en la lírica de Pimienta.

Un año después de aquel encuentro, el poeta-repentista había terminado de escribir el nuevo material, dedicado una vez más a los infantes. En el 2014 se publicó por primera vez “El libro de los niños que usan gafas”,  poemario que recibió Mención Honorífica en el Premio Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2013.

Alexis albergaba la esperanza de encontrar a Naira Pereyra, la doctora que le dio vida a su nuevo libro. Quería verla antes de enviar el texto a imprenta, para incluir así, la merecida dedicatoria; más no lo consiguió. Le fue difícil de hallar en una ciudad de 30 millones de habitantes.

Cuatro años después se produjo el encuentro, y no en cualquier fecha, sino una muy especial para la infancia. El 6 de enero, día de Reyes Magos,  los dos personajes se volvieron a ver, otra vez en México.

“Es la primera vez que me pasa algo así. No creo que se repita. En mi búsqueda recurrí a la prensa mexicana, se hizo público mi deseo de encontrar a la “misteriosa mujer” que inspiró mi libro. La información se divulgó por la radio, la televisión, en las redes sociales. Pero al final la encontré mediante un amigo que la reconoció un día. Entonces me puse en contacto con ella a través de WhatsApp, partamos un encuentro y nos vimos”, comenta emocionado el mejor precursor de la seguidilla improvisada.

“El libro de los niños que usan gafas” cuenta con las magistrales ilustraciones de la mexicana Irma Bastida, fue editado por el FOEM (Fondo Editorial de México) y próximamente se publicará en Cuba y España.

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